EMPECINADOS
De nuevo nos encontramos con un ejemplo de empecinamiento por parte de los que les “toca” mandar. En este caso en los que les “toca” desarrollar el plan energético del Gobierno de Canarias en Fuerteventura. Están empecinados en un solo sitio: el valle de Agando. Un valle situado en medio de otros dos , el de Giniginámar ocupado enteramente por el pueblo del mismo nombre y el del Aceitún en el pueblo de Gran Tarajal, de los que dista menos de 2 kms. En el muelle de este último se manipularía la descarga de combustible (100.000 metros cúbicos de hidrocarburos y no sé cuántos de hidrógeno) que se almacenaría en Agando para su posterior conducción al resto de la isla.
La Ley dice que las Centrales térmicas han de estar situadas a más de 15 kms. de núcleos poblacionales, pero les da igual. La zona está declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) por la Comunidad Europea por su interés marino, pero les da igual. Hace 4 años, en Julio -04, el Pleno del Ayuntamiento, por unanimidad, lo declaró “desfavorable a los intereses municipales”, pero les da igual. El Valle está declarado en parte terreno rústico y en parte turístico, pero les da igual, se cambia y en paz. Empecinado, según el diccionario de la RAE es sinónimo de obstinado, terco, pertinaz e, incluso, caprichoso… (Mi abuela les llamaría “cocúos”)
Una Central Térmica no es una instalación deseables; en el propio Plan, (contenido en un CD con más de 400 mapas) se reconoce que presenta inconvenientes, molestias y perjuicios para la población circundante y por ello ofrece contrapartidas al Municipio que lo acepte. Como si la salud y el aire limpio fueran moneda de cambio. Nos muestran en el Plan que es la mejor alternativa (para ellos, los empecinados, claro) al compararla con otros emplazamientos alternativos, todos ellos en el interior de la isla, (Valle de Santa Inés, Triquivijate…) claramente imposibles, por no decir risibles. Parece mentira que en una isla cuyo suelo habitado representa un 10% de su superficie, no puedan encontrar otro sitio. (No se necesita sino venir en avión mirando por la ventanilla… y buena voluntad).
Hace más de 20 años, la decisión de otros empecinados le costó a Gran Tarajal la retirada del tomate que, junto con la pesca, eran la base de la economía en la zona. No hubo – o no se detectaron- contrapartidas; simplemente, el pueblo cambió en costumbres, en horarios y en modos de trabajo, y en la zona se dejó de cultivar: muchos y muchas que trabajaban en el tomate y su empaquetado, se fueron a trabajar a los hoteles del sur de la isla. La historia de Gran Tarajal tiene un antes y un después de la retirada del comercio del tomate.
Mucho me temo que si los actuales empecinados siguen adelante a pesar de todo, Gran Tarajal experimente otro antes y después en su historia: se convertirá en la zona “negra” de la Isla: la instalación de la Central en Agando se lleva 140 millones de euros de los 600 presupuestados, el resto se invertirá en energías alternativas o “limpias” (eólica y solar) en el resto de la isla, especialmente en el Municipio de Puerto del Rosario. Será en el muelle de Gran Tarajal donde se embarque y desembarque el material peligroso (hidrógeno) y contaminante (hidrocarburos), con el peligro que supone para la zona la menor fuga en su conducción. Serán Gran Tarajal y Giniginámar los que reciban los humos, vibraciones, olores y todos los inconvenientes que los vecinos y vecinas del barrio de El Charco en Puerto del Rosario conocen tan bien. En este caso multiplicado por 3, ya que la Central en proyecto es 3 veces más potente que la de El Charco.
Globalmente, se soluciona la energía de Fuerteventura y Lanzarote que se declaran zonas de energía alternativa, excepto el punto negro de Agando donde se concentra la parte mala y negativa que suministra a las demás.
Por tanto, nuestro futuro como pueblo lo deciden unos señores de fuera empecinados, que no aceptan razones, que se saltan las leyes y que quizá, dentro de 3 años, ya no estén en el Gobierno. Nos dejan el marrón, respirando azufre y tragando hollín para los restos y ellos se van a dormir tranquilos bien lejos de centrales térmicas y contentos de haberse salido con la suya. Tanto empecinamiento fuera de toda lógica y razonamiento es, cuanto menos, sospechoso. En las últimas elecciones nos pidieron a los canarios que habláramos: más bien es para chillar, oigan.
Fdo: Rosario Prada Herrera
De nuevo nos encontramos con un ejemplo de empecinamiento por parte de los que les “toca” mandar. En este caso en los que les “toca” desarrollar el plan energético del Gobierno de Canarias en Fuerteventura. Están empecinados en un solo sitio: el valle de Agando. Un valle situado en medio de otros dos , el de Giniginámar ocupado enteramente por el pueblo del mismo nombre y el del Aceitún en el pueblo de Gran Tarajal, de los que dista menos de 2 kms. En el muelle de este último se manipularía la descarga de combustible (100.000 metros cúbicos de hidrocarburos y no sé cuántos de hidrógeno) que se almacenaría en Agando para su posterior conducción al resto de la isla.
La Ley dice que las Centrales térmicas han de estar situadas a más de 15 kms. de núcleos poblacionales, pero les da igual. La zona está declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) por la Comunidad Europea por su interés marino, pero les da igual. Hace 4 años, en Julio -04, el Pleno del Ayuntamiento, por unanimidad, lo declaró “desfavorable a los intereses municipales”, pero les da igual. El Valle está declarado en parte terreno rústico y en parte turístico, pero les da igual, se cambia y en paz. Empecinado, según el diccionario de la RAE es sinónimo de obstinado, terco, pertinaz e, incluso, caprichoso… (Mi abuela les llamaría “cocúos”)
Una Central Térmica no es una instalación deseables; en el propio Plan, (contenido en un CD con más de 400 mapas) se reconoce que presenta inconvenientes, molestias y perjuicios para la población circundante y por ello ofrece contrapartidas al Municipio que lo acepte. Como si la salud y el aire limpio fueran moneda de cambio. Nos muestran en el Plan que es la mejor alternativa (para ellos, los empecinados, claro) al compararla con otros emplazamientos alternativos, todos ellos en el interior de la isla, (Valle de Santa Inés, Triquivijate…) claramente imposibles, por no decir risibles. Parece mentira que en una isla cuyo suelo habitado representa un 10% de su superficie, no puedan encontrar otro sitio. (No se necesita sino venir en avión mirando por la ventanilla… y buena voluntad).
Hace más de 20 años, la decisión de otros empecinados le costó a Gran Tarajal la retirada del tomate que, junto con la pesca, eran la base de la economía en la zona. No hubo – o no se detectaron- contrapartidas; simplemente, el pueblo cambió en costumbres, en horarios y en modos de trabajo, y en la zona se dejó de cultivar: muchos y muchas que trabajaban en el tomate y su empaquetado, se fueron a trabajar a los hoteles del sur de la isla. La historia de Gran Tarajal tiene un antes y un después de la retirada del comercio del tomate.
Mucho me temo que si los actuales empecinados siguen adelante a pesar de todo, Gran Tarajal experimente otro antes y después en su historia: se convertirá en la zona “negra” de la Isla: la instalación de la Central en Agando se lleva 140 millones de euros de los 600 presupuestados, el resto se invertirá en energías alternativas o “limpias” (eólica y solar) en el resto de la isla, especialmente en el Municipio de Puerto del Rosario. Será en el muelle de Gran Tarajal donde se embarque y desembarque el material peligroso (hidrógeno) y contaminante (hidrocarburos), con el peligro que supone para la zona la menor fuga en su conducción. Serán Gran Tarajal y Giniginámar los que reciban los humos, vibraciones, olores y todos los inconvenientes que los vecinos y vecinas del barrio de El Charco en Puerto del Rosario conocen tan bien. En este caso multiplicado por 3, ya que la Central en proyecto es 3 veces más potente que la de El Charco.
Globalmente, se soluciona la energía de Fuerteventura y Lanzarote que se declaran zonas de energía alternativa, excepto el punto negro de Agando donde se concentra la parte mala y negativa que suministra a las demás.
Por tanto, nuestro futuro como pueblo lo deciden unos señores de fuera empecinados, que no aceptan razones, que se saltan las leyes y que quizá, dentro de 3 años, ya no estén en el Gobierno. Nos dejan el marrón, respirando azufre y tragando hollín para los restos y ellos se van a dormir tranquilos bien lejos de centrales térmicas y contentos de haberse salido con la suya. Tanto empecinamiento fuera de toda lógica y razonamiento es, cuanto menos, sospechoso. En las últimas elecciones nos pidieron a los canarios que habláramos: más bien es para chillar, oigan.
Fdo: Rosario Prada Herrera